Qué es el MVP y para qué crear el tuyo

Una mujer escribe y desarrolla su MVP o producto mínimo viable en la notebook.

La sigla MVP se refiere al producto mínimo viable (en inglés, “minimum viable product”), o sea, un producto con las características esenciales para satisfacer a los clientes iniciales. Si estás comenzando un emprendimiento, ¡este artículo es ideal para ti!


El primer paso a la hora de emprender es descubrir qué proyecto quieres crear. Probablemente, una vez que tengas claro aquello que quieres ofrecer, empieces a pensar en qué tareas debes hacer.

Desde organizar cómo vas a obtener tus productos para vender, qué requisitos legales existen, qué imagen y tono va a tener tu marca, cómo será tu espacio para vender online, entre otras cosas más.

Emprender es demandante pero fascinante y existen muchas herramientas que te permiten planificar tu día a día para superar cada etapa y hacer crecer tu negocio. Definir un MVP o producto mínimo viable es una de ellas y, por eso, ¡te invitamos a seguir leyendo!

¿Qué es un MVP o producto mínimo viable?

El MVP o producto mínimo viable es el producto que presenta las características y funcionalidades básicas para satisfacer a los clientes iniciales de una marca. Se trata de desarrollar lo indispensable para salir al mercado y dar los primeros pasos.

La definición de MVP abarca tanto a productos físicos como digitales e, incluso, a servicios.

Por ejemplo, tazas con un diseño muy sencillo que luego mejorará o se le añadirá un packaging destacado; una aplicación de envíos básica que después añadirá funciones como la de seguir en tiempo real a los repartidores; o brindar una variedad de cursos cortos entre los que, posteriormente, se agregarán propuestas más especializadas.

Una de las definiciones de Wikipedia dice:

Es un artefacto central en un proceso iterativo de generación de ideas, creación de prototipos, presentación, recopilación de datos, análisis y aprendizaje.

La importancia de crear un MVP

Para seguir profundizando en el MVP, su significado y relevancia, podemos entender al producto mínimo viable como una estrategia para organizar los primeros pasos en la venta de un artículo a los clientes.

Definir las características básicas de tu producto o servicio te permite empezar a venderlo y, así, conseguir información para próximos desarrollos y mejoras. Si bien, se va a tratar de una versión parcial, recibir este feedback del cliente ayuda a marcar el mejor camino a seguir.

Cuando una marca lanza su MVP, queda en contacto con los primeros consumidores que le van a proporcionar datos valiosos sobre cuáles son los puntos más destacados y en dónde es prioritario evolucionar.

Para sintetizar, todo MVP o PMV posee estas características principales:

  • Tiene un valor que lo hace susceptible de ser utilizado.
  • Cuenta con las funcionalidades mínimas o imprescindibles que ya plantean una solución.
  • Permite captar los primeros usuarios, que van a poner a prueba el producto.
  • Da la posibilidad de obtener feedback.
  • Provee información sobre los clientes: qué funcionalidades o soluciones son las que más valora tu buyer persona.

Con esto, seguramente, ya queda más claro qué es un MVP. Aún así, aún hay más por profundizar en el tema. Pasemos a las principales ventajas y los propósitos de crear un PMV.

¿Para qué sirve crear un MVP?

Sabiendo cuál es el significado de MVP, ahora pasaremos a revisar las potencialidades de pensar, desarrollar y ofrecer uno.

Los objetivos de crear un producto mínimo viable son los siguientes.

Comprobar tu hipótesis de mercado

Si bien un estudio de mercado puede darte una aproximación de cuánto éxito tendrá tu idea de negocio, no hay nada como la prueba y el error.

En este sentido, desarrollar un MVP te da la posibilidad de poner a prueba tu hipótesis y conseguir evidencia antes de dedicar todo tu esfuerzo a él. Vas a evitar crear un producto que a tus clientes potenciales no les interese consumir.

El MVP, entonces, está orientado a confirmar que existe un mercado para ese producto antes de realizar una inversión de tiempo y dinero significativa.

Optimizar la inversión de tiempo y dinero

Lo nombramos al pasar en el punto anterior, pero vale la pena profundizar en esto. Muchos negocios e ideas de emprendimientos comienzan siendo desarrollados en medio del tiempo libre de las personas.

Sabemos que esto conlleva esfuerzo, dedicación e, incluso, dinero. Por eso, lo mejor es tener cierta certeza de que el camino es el indicado. Como resultado, se trata de testear ese producto mínimo viable para que la inversión económica y de tiempo rinda sus frutos.

Evitar el desarrollo de un producto sin demanda

En línea con lo anterior, crear el MVP te da la posibilidad de corroborar que tu producto va a ser vendido, dado que hay personas interesadas en adquirir la solución o mejora que ofrece.

Por ejemplo, si estás desarrollando un producto innovador para vender, crear un MVP te permite trabajar sobre la propuesta de valor con los recursos mínimos y poner a prueba la idea de negocio.

Aprender sobre el producto y la industria

El lanzamiento de un producto mínimo viable y posterior análisis de los resultados te da la posibilidad de entrar en el rubro, conocer de primera mano a tu público objetivo y los requerimientos del nicho.

Saber lo más posible sobre el producto, sus virtudes y puntos de mejora te da visibilidad sobre qué aspectos destacar para potenciarlo y cuáles es necesario pulir. Con todo esto, se hace más claro el rumbo a tomar para obtener un mejor retorno financiero.

Si bien, la definición de MVP y sus características básicas seguramente se mantengan a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, puede haber modificaciones. Sus funcionalidades se van a ir adaptando sobre la base de sugerencias y pedidos de los clientes que lo prueben.


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Tipos de MVP

Son 2 los tipos de producto mínimo viable que existen:

Producto mínimo viable de baja fidelidad

Son aquellos que implican un desarrollo sencillo y tienen la finalidad de entender a fondo las necesidades de los potenciales clientes. Se orientan a mejorar la definición del problema a resolver y diseñar una solución más efectiva.

👉 Ejemplo: encuestas o entrevistas a personas con las características del público objetivo y que estén direccionadas a probar que existe una necesidad real y que la idea es rentable.

Producto mínimo viable de alta fidelidad

Este tipo de MVP precisa una fabricación más compleja y, por eso, brinda resultados más contundentes. Su propósito es dar con la solución indicada y medir qué valor están dispuestos a pagar los consumidores.

👉 Ejemplo: el prototipo de un producto digital que reúne los elementos fundamentales para que sea funcional.

Cómo crear un MVP en pasos

Es hora de pasar a la acción y conocer los pasos para crear un MVP.

Cabe aclarar que no existe una sola forma de llevar a cabo un producto mínimo viable. En parte, porque se trata de un proceso creativo que puede darse de diversas formas y, además, es una tarea que puede variar según el tipo de desarrollo que implique.

Podemos decir que, para desarrollar un producto mínimo viable, vas a:

  1. Elegir una idea de producto.
  2. Desarrollar el MVP con cierta agilidad.
  3. Medir los resultados.
  4. Aprender para continuar o pivotar.

Conoce cada uno de estos en detalle.

1. Elegir una idea de producto

El primer punto es, posiblemente, el más difícil de definir, ya que la inspiración alrededor de una idea de negocio y propuesta de valor pueden llegar de las formas más variadas.

Más allá del momento preciso en que empieces a crear tu producto o servicio (para lo cual una sesión de brainstorming puede ser muy útil), lo central es que definas sus elementos básicos para dar con el MVP.

Uno de los recorridos más efectivos es comenzar por el problema. ¿Cuál es la necesidad que identificas en el mercado o la vida de las personas?

A partir de allí, es más simple pensar en posibles hipótesis que lo solucionen y un producto o servicio que funcione como respuesta.

Con estos pilares claros, planifica tu trabajo de manera tal que puedas asegurar que vas a ofrecer un MVP que te permita poner a prueba la idea. Recuerda que, ese plan, debe incluir, también, las variables y los indicadores clave que te permitirán medir el valor, la rentabilidad y viabilidad de tu idea.

2. Desarrollar el MVP con cierta agilidad

Recién hablamos de planificar, pero ¿a qué nos referimos con esto? A pensar en los pasos fundamentales que requiera el MVP que hayas decidido crear y armar un cronograma con tareas y plazos realizables, según tu disponibilidad de tiempo y el equipo con el que cuentes.

En relación a la velocidad, ya dijimos que el producto mínimo viable se orienta a reducir al máximo el riesgo de inversión de tiempo y dinero. En esta línea, es clave que puedas diseñarlo rápidamente para que salga al mercado y tengas la certeza de si va a tener éxito o no.

3. Medir los resultados

En la próxima sección vamos a entrar aún más en detalle sobre este punto. El foco está en analizar los resultados que vayas obteniendo.

A partir de los KPI y valores que hayas definido como satisfactorios, debes estudiar a fondo cómo se desenvolvió tu MVP cuando estuvo en manos de los usuarios de prueba. Estas métricas te brindan información con respecto al valor del producto y la idea.

4. Aprender para continuar o pivotar

El análisis de los resultados tiene por objetivo comprender si tu producto mínimo viable persigue una idea de mercado factible de ser exitosa o no.

Con un análisis exhaustivo de los resultados, tendrás claridad en relación a los dos posibles caminos: continuar trabajando en el producto y mejorando sus funciones, o bien hacer un cambio y transformar el producto, la hipótesis inicial o, incluso, el problema.

La idea de “pivotar” en el ámbito comercial se refiere a realizar un cambio cuando los resultados no están siendo los esperados, por ejemplo, rediseñando el plan de negocio para enfocarse en una nueva oportunidad de mercado.

Si tu suposición se cumplió, es momento de acelerar procesos y redoblar esfuerzos en la evolución del producto para la presentación de una versión superior.

Para entender qué puntos es prioritario pulir, analiza el feedback de los usuarios y compáralo con tu propia planificación. Midiendo el costo y beneficio de cada apuesta en el desarrollo, entenderás cuál será el impacto de cada mejora para elegir el más relevante.

Cómo medir el éxito de un MVP

Como vimos, el producto mínimo viable es la inversión mínima que necesitas hacer para acercar valor a los usuarios, poner a prueba tu idea de producto o negocio y entender si las personas pagarán por eso. Entonces, ¿cómo confirmar o refutar tu hipótesis?

Para medir el éxito de tu producto mínimo viable, te acercamos algunas recomendaciones:

  • Ten muy claro qué es “lo mínimo” de tu producto o servicio. Definir este núcleo te permite analizar posteriores resultados y entender si el feedback de tus usuarios señala simplemente puntos a mejorar, o bien rebaten el MVP en su totalidad.
  • Establece variables e indicadores medibles. Ya sea número de visitas, cantidad de sesiones creadas, reproducciones de video, tiempo mínimo de uso o clics en un call to action (CTA). Estas son métricas que vas a poder medir numéricamente para decidir cómo seguir.
  • Crea tu producto mínimo viable rápidamente. Sin subestimar esta primera etapa de desarrollo, no pierdas de vista que se trata de entregar valor a los usuarios cuanto antes para que validen la idea. Así, el riesgo de excederte con la inversión de tiempo, esfuerzo y dinero es más bajo.
  • Busca un balance entre la funcionalidad y el diseño. El MVP debe tener los atributos básicos para cumplir su rol y todo producto requiere de determinada estética: en esta fase hay que mantener este equilibrio para no retrasar de más el lanzamiento.

Ejemplos de MVP

Para entender a fondo la idea del producto mínimo viable, vamos a conocer algunos ejemplos.

El concepto de PMV se utiliza mucho en compañías de tecnología —por ejemplo, en el desarrollo de una aplicación— pero puede ser muy útil para cualquier emprendedor que comienza a trabajar desde casa.

Uber

Hoy en día, la app de movilidad Uber es una de las líderes y más conocida por todos. En sus inicios, Uber era un prototipo denominado Ubercab, donde los usuarios tenían que enviar un e-mail a los fundadores para acceder al servicio.

Estos primeros usuarios introducían su dirección de partida y, a partir de eso, Ubercab le notificaba al conductor que se encontraba más cerca. Con esta prueba de MVP, los desarrolladores confirmaron que se trataba de un servicio que a las personas les resultaba útil e interesante.

Con la hipótesis validada y el feedback de los clientes, resulta mucho más efectivo seguir avanzando con el proyecto. Además, así es más sencillo y claro entender qué funcionalidades son las que hay que seguir desarrollando.

En la actualidad Uber cuenta con, por ejemplo, un servicio de envío de paquetes que, en aquel entonces, no era prioridad desarrollar con urgencia para que la marca siguiera creciendo.

Facebook

En sus inicios, se llamaba Thefacebook y era una plataforma digital de la Universidad de Harvard que permitía conectar a los estudiantes, compartir mensajes y conversar en foros.

La historia de Facebook y su producto mínimo viable es tan fascinante que existe un film sobre ella y es una de estas películas ideales para emprendedores.

Cuando Mark Zuckerberg logró validar su idea de mercado, los negocios comenzaron y se transformó en el gigante que es hoy.


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Dropbox

Cuando hablamos de los tipos de MVP, mencionamos los de baja fidelidad que implican un desarrollo sencillo y buscan entender tanto si existe una necesidad, como si la idea para solucionarla será adoptada por los usuarios. El caso de Dropbox es un ejemplo de esto.

Drew Houston es uno de los co-fundadores de la empresa y lo que hizo fue crear un video de demostración en donde explicaba la idea de su producto mínimo viable, una plataforma para el intercambio de archivos.

El material audiovisual llegó a más de 75.000 personas que se interesaron en el sistema y solicitaron la invitación a una beta (esto es probar una versión de prueba, que aún está en fase de desarrollo y no es la final).

A partir de eso, confirmó que la idea tenía valor y continuó con un desarrollo más exhaustivo.

Airbnb

Antiguamente llamada Airbed & breakfast, la reconocida plataforma de alojamientos surgió a partir de la necesidad de sus fundadores, Brian Chesky y Joe Gebbia, de encontrar una forma accesible de alquilar un sitio en San Francisco.

La gran apuesta de este MVP fue validar o refutar la hipótesis de que las personas pagarían por realizar su estadía en la casa de otras personas y resultó ser un formato innovador y atractivo.

No desarrollaron un sitio web ni, mucho menos, un sistema de selección de fechas, ubicaciones ni precios, sino que se concentraron en personas que viajaban a la ciudad para conferencias tecnológicas. Esto les permitió validar la idea y escalar el producto.

 

Todo esto ¡también aplica a emprendimientos que no se basan en plataformas digitales! Imaginemos que estás pensando en vender manualidades. Puede que tu idea sea crear variedades de velas para decorar la casa. Pero, ¡avanza de a poco!

No está mal que tu objetivo a largo plazo sea ofrecer un amplio catálogo de velas, con muchos aromas para elegir. Puedes comenzar probando con dos o tres variedades, conocer a tu público, entender cómo penetrar en ese nicho. Luego, vas a sumar nuevas esencias y hasta mejoras como portavelas u otros objetos decorativos que las acompañen.

También podemos hablar de un MVP a la hora de vender servicios por internet. Si vas a ofrecer cursos sobre cocina, por poner un caso, tu producto mínimo viable puede ser uno con 4 módulos de 2 horas cada uno.

Luego de este lanzamiento, y en base a tus resultados y el feedback de los primeros alumnos, irás definiendo si sumar cursos con otros temarios, extender y profundizar el que ya estás dando o incluir cursos dictados por otros profesionales sobre rubros distintos.


Pensar en un MVP, ya sea digital o físico, te sirve para organizar los ajustes que haya que hacer para mejorar tu producto y así, ofrecer la mejor calidad a tus clientes.

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Preguntas frecuentes sobre MVP (producto mínimo viable)

Un producto mínimo viable (MVP) es la versión elemental de un producto, aquella que reúne sus funcionalidades y atributos básicos para ser comercializado. Esto permite a las marcas conocer los requerimientos y las preferencias de su público objetivo y rubro con el objetivo de comprobar que existe un mercado y realizar una inversión de tiempo y dinero con más certeza en el ROI.

Hacer un MVP sirve para:

  • Comprobar tu hipótesis de mercado.
  • Optimizar la inversión de tiempo y dinero.
  • Evitar el desarrollo de un producto sin demanda.
  • Aprender sobre el producto y la industria.

Para hacer un MVP hay que seleccionar una idea de producto o servicio y su propuesta de valor; planificar y desarrollar el MVP ágilmente, identificando los atributos fundamentales de esta versión inicial y realizando la inversión menor de tiempo, esfuerzo y dinero; medir los resultados y aprender de ello para decidir si tiene más sentido continuar mejorando el MVP o pivotar.

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